Entrevista a Aldana H.
Entrevista a Aldana H.
Su visión de la Historia del Arte
Hoy entrevistamos a Aldana H, Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social y Profesora en Educación Superior y Media en Comunicación Social, ambos títulos obtenidos en la Universidad de Buenos Aires, Argentina.
Su pasión por la docencia se refleja en el entusiasmo por compartir conocimientos y crear espacios de intercambio accesibles para todos. Aldana busca desmitificar aspectos del arte y sus espacios, y va más allá de la etiqueta de "alta cultura". Su compromiso se centra en fomentar un camino de conocimiento, reconocimiento y apropiación.
Aldana se autodescribe como una apasionada de los libros, el arte, la historia y todo lo relacionado con la cultura.
¿Cuál es el momento más fascinante que has
descubierto en la historia del arte durante tus investigaciones?
¡Difícil
respuesta! Creo que cuando uno comienza a profundizar cualquier aspecto en
relación a la historia del arte se apasiona. Fundamentalmente porque hace a la
compresión-reflexión sobre un tema, obra, artista, momento socio-cultural, etc.
Por caso, y para no escapar a una respuesta, me fascina el estudio de los
estilos que se dan en los procesos de cambio. Esos que son bisagra y difíciles
de aprehender como el Gótico internacional o el Manierismo.
¿Cómo elegiste tu área de especialización
dentro de la historia del arte?
Bueno, esto
fue casi una secuencia. Mi formación de grado es Comunicación Social; además de
comunicóloga hice la especialización en Didáctica como opción a un segundo
título. Finalmente, decidí –luego de otras especializaciones orientadas por mi
carrera laboral de entonces – estudiar la Maestría en Sociología de la Cultura.
Es desde el ámbito de la sociología, cultura y comunicación que abordo el arte
en general como temática. En particular, y por cuenta de mi tesis de
investigación, me especializo más en Barroco y en el campo del Arte del siglo
XIX europeo.
¿Hay algún artista o movimiento artístico
que consideres subestimado y que merecería más atención?
Honestamente me parece que artistas son unos cuantos. La fortuna crítica no deja de ser una construcción en función de la propia evolución de la Historia del Arte y de las ciencias que nacen junto a ella con objetos de estudio propios como la estética, la museología, etc. Quiero decir con esto que ha ido cambiando por conocimiento – desconocimiento, prejuicios – revalorizaciones, hoy más que nunca por manipulación de los intereses del mercado y muchos factores que darían para largo. Por poner un ejemplo entre los movimientos artísticos, el Simbolismo ha sido muy subestimado, al punto casi de no considerarlo o subsumirlo a otras cuestiones. Luego hay muchos maestros y maestras que han llegado a nosotros con apenas unos “retazos” de sus producciones; y por el contrario hay otros tantos que fueron y siguen siendo los caballos de batalla para mantener el prestigio y las primeras planas. Lo primero se está revirtiendo con la gran cantidad de investigaciones que se hacen actualmente y por la labor de muchos museos y pinacotecas que se ponen manos a la obra para jerarquizar sus colecciones. Lo segundo, seguirá estando como hasta hoy, casi hasta el hartazgo ¡Dejen en paz a la Gioconda y a Leonardo!
¿Cómo selecciona los temas o períodos que investiga
en su trabajo como historiador del arte?
Mi trabajo va
en dos direcciones. Una dedicada más a la investigación y otra a la
divulgación. En ambas reconozco que he elegido los temas por gusto, curiosidad
propia o por considerarlo de interés general. En cuanto a la divulgación,
siempre digo que “me doy los gustos” porque cuando uno comienza a investigar
algo termina muy enganchado, le encuentra la veta a ese artista, obra, caso o
tema y logra darle un marco de profundidad que lo vuelve comprensible más allá
del juicio de gusto que uno pueda tener. Por eso no me gusta cerrarme a ningún
caso y cuanto más escarbo, más satisfecha me siento.
¿Cuáles son los desafíos comunes que
enfrenta al interpretar o analizar obras de arte históricas?
Eso es sin
duda algo muy personal. Si hablo de divulgación, no me gusta decir una palabra
sin haber tocado primero fuentes directas, contexto socio-cultural, contexto
político, vida del artista, estudios de estilo sobre sus obras, etc. Recién
ahí, siento que puedo encarar la obra desde un aspecto formal y disfrutar de su
composición, estructura narrativa si la hubiera, color, pincelada, dibujo, etc.
Cuéntame sobre una experiencia única o
inusual que hayas tenido mientras investigabas o trabajabas en el ámbito de la
historia del arte.
Se me viene a la mente más una anécdota risueña que supera la investigación y el trabajo tan enfocado que uno hace sobre estos temas. Recorriendo la Sala de Pinturas bajo claustro de la Catedral de Segovia, pasé a poco más de un metro de una pieza que parecía de origen flamenco. Me llamó la atención que tenía un insecto sobre el cuadro… juraba que allí había una mosca y que se había metido en la sala. Claramente cuando me acerqué era una trampantojo… ¡Vamos! Me he cansado de hablar y explicar el "trompe l' oeil" y ahí estoy yo, siendo víctima del ilusionismo más obvio y maravilloso del mundo. Siempre me pone feliz recordar esto, porque demuestra que uno está dispuesto al juego del arte y que no ha perdido la frescura de la primera impresión.
Más que perspectiva personal, creo que lo que
más influyó en mi enfoque tiene que ver con mi formación de base. Para estudiar una obra o analizarla en
profundidad siempre entro por su contexto social, los consumos culturales, los
macro procesos históricos, la interacción del artista con tu entorno y todo
aspecto que reponga el ser en el mundo de la pieza. Luego puedo pasar a ver
cómo ello se traslada a los aspectos formales y narrativos.
¿Cuál es tu obra de arte favorita y por qué
tiene un significado especial para ti?
Me gustan
muchas, casi que demasiadas… Más las estudio más me parecen destaques
jajaja. Creo que una de mis favoritas es
el Demonio Sentado de Mijail Vrubel (1890, Tretyakov Gallery, Moscú). Las obras
simbolistas suelen transportarme a mundos poéticos, me gusta “entrar a las
mentes de esos personajes” tan poderosos pero también ensimismados, solitarios…
Si pudiera tomar un café con cualquier
artista histórico, ¿Quién sería y por qué?
Se me ocurren
dos pero si tengo que elegir me quedo
con Giorgione. Todo en derredor de él es especulación, tenemos poca fuente
directa, muchas dudas y unas obras que te quitan el aliento. Me gustaría
conocer su proceso creativo, cuál era el código detrás de sus piezas; también
qué y quién realmente lo cautivaba en términos artísticos.
¿Hay alguna obra de arte histórica que le
gustaría tener en su sala de estar?
Entiendo que
la pregunta remite a obra del pasado antes que de temática histórica. Vuelvo al
Simbolismo, con “Hesíodo y la Música” de
Gustave Moreau (1891, Musee d’Orsay) estaría contenta. Pero casi que
cualquiera de él estaría bien para mi estar o biblioteca.
¿Cuál consideras que es el impacto más
relevante que el arte histórico puede tener en la sociedad contemporánea?
Yo creo que
los impactos son innumerables. En tanto sociedad, es fuente de reflexión y
conocimiento del pasado en muchos aspectos. Y, en tanto seres humanos, es
notable cómo se abre un mundo a diferentes cosmovisiones en cada período y cómo
esto nos enseña a ser humildes, comprensivos y mucho más abiertos de mente;
pues sabemos que es preciso reponer cada cosa en su tiempo y que eso implica
que no hay mejores o peores períodos. Quiero decir, no es que el arte del
Renacimiento es mejor que el Románico. Responden a diferentes consignas y así
uno puede encontrar grandeza en cada expresión. Creo que por sobre todo, la
historia del arte es fuente de amplitud y tolerancia porque nos enseña a
comprender antes que juzgar.
¿Cómo ves la incorporación de nuevas
tecnologías y medios en la investigación y presentación de la historia del
arte?
Los nuevos recursos tecnológicos para investigar
son una buena noticia. Amplían nuestra mirada y nos permiten llegar a visualizar
aspectos que no podemos componer por otras fuentes. Luego, como todo dato debe
ser interpretado e insertado en un contexto de producción que nos permita dar
mejor con épocas, técnicas, esquemas mentales, etc. No considero que sea
positivo más de una vez poner esa tecnología solo al servicio de determinar,
por ejemplo, una autoría. El arte es producción humana y como tal resiste
encasillamientos que a veces por aferrarnos a un dato duro no nos encajan. Para muchos es casi como la búsqueda del
tesoro, aplicar tecnología y atribuir una obra cualquiera a un gran maestro.
Pero esto también provoca lo contrario, que muchas colecciones no quieran ser
evaluadas caso el dato no sea favorable. Y la verdad, que en un punto, una
pieza que ya nos gusta y nos parece maravillosa, no debería dejar de serlo
porque cambia de atribución.
¿Cómo equilibra la objetividad en la
interpretación de obras de arte con la subjetividad inherente a la apreciación
artística?
Con método. Algo que he aprendido es que hay artistas u obras que desde el plano subjetivo y en atención a mi juicio de gusto no me parecen para nada atractivos. Pero al estudiarlas, comprenderlas y dar con su sentido se vuelven objetos de gran interés. Algunas seguirán sin gustarme pero cuando uno se atiene a un juicio estético, en el sentido de anteponer la contemplación y reflexión por sobre el gusto y el placer, ya tiene una orientación que convierte a esa pieza o artista en objeto de estudio y de allí debe partir la indagación.
¿Cómo consideras que es la divulgación
sobre Arte en la actualidad?
Bueno, creo
que uno de los motivos por los cuales vos haces esto y yo tengo un canal de
divulgación en YouTube es porque sentimos la carencia de espacios y de llegada
a un público amplio. La academia en general parece asumir y dar cuenta de que
sus investigaciones y tareas son poco comprendidas por la sociedad; se ha
avanzado en las publicaciones de estudios y diferentes repositorios pero llega
hasta ahí. Por otro lado los museos y pinacotecas han encarado tareas de mucho
interés en divulgación de sus colecciones, muestras temporarias y estudios, a
través por ejemplo de redes sociales. Aun así parece imponerse una barrera
entre la gran institución y el público objetivo. A veces por atraer público y dar visibilidad se proponen mensajes más
publicitarios que de apuesta al conocimiento. El resultado, es mucha gente que
visita una muestra pero no sabe bien por qué, se aburre, se desilusiona, etc.
Es difícil crear un equilibrio que proponga ampliar el conocimiento y experiencia
con un vocabulario acorde y que sea atrapante. En mi caso, procuro acercarme a
esto sin los típicos latiguillos que generan “click”. No me gusta engañar al
público, si por caso un tema lleva 40 minutos allí estarán bien llenitos de
contenido y en lo posible, con algo de gracia. Pero me di cuenta que no siempre
menos es más, una obra no es solo lo que hay contenido en el marco, mármol o
instalación.
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